Muchas veces nos habremos preguntado si hay algún artista que represente y asimile el espíritu de nuestro tiempo, como, por ejemplo, hicieron Leonardo y Miguel Ángel en su tiempo. En nuestra obcecación habitual, y en ese regustillo por quejarnos de la ignorancia de nuestros contemporáneos, pensamos que la época en la que vivimos está falta de genios universales que iluminarán a las generaciones venideras, artistas totales cuya visión transforma una época y lleva a los habitantes de ésta a nuevas alturas nunca antes pensadas.

Pero lo hay, y ha cambiado la visión de la vida y la relación con los valores estéticos de la mayoría de nosotros. Se trata de Madonna, una artísta universal que representa para nuestra época lo que Goethe para el romanticismo, lo que Leonardo para el renacimiento, o lo que Wittgenstein o Platón para la filosofía. En términos técnicos definiría a Madonna como una singularidad esencial en el plano cognitivo humano, un punto fijo superatráctivo de la compleja dinámica memética de nuestro mundo globalizado.

A muchos les podría parecer que se trata de una cantante pop más, pero nada más lejos de la realidad. Un pequeño vistazo por sus primeros trabajos en los ochenta nos revelará algo muy importante: salvo por la canción "The riddle" de Nick Kershaw, una anomalía dentro del panorama melomemético de los ochenta, en ningún otro interprete encontramos un conjunto de canciones que se acerquen hasta tal punto a la perfección técnica del ideal estético de la canción ochentera. Recordad Like a Virgin, True Blue, La Isla Bonita o Who's That Girl, por poner sólo unos ejemplor. Si vais a sus primeros trabajos daros cuenta de como Lucky Star está a caballo entre los canones estéticos de los setenta y los ochenta, mostrando claramente como en Madonna se desarrolla gradualmente el paradigma pop ochentero en su plenitud. Y nada más que un pequeño vistazo en Like a Prayer o Vogue para notar como sutilmente maneja los cambios de registro del cambio de decada una vez más, con una maestría y gracia que ningún otro interprete pop ha tenido jamás. Otros interpretes que han soportado el paso del tiempo lo han hecho mediante su propio estilo personal, pero Madonna es la única que durante todo este tiempo ha sido capaz de apreciar el espíritu de cada época, lograr la maestría en él, y convertirse en el mismo referente de esa época, demostrando así que ha desvelado el noumeno que se haya tras el fenómeno, lo que según Schopenhauer sólo el Genio podía hacer.

Aceptadlo, a todos vosotros os gustaría ser como Madonna.

No pienso negar la influencia que Madonna ha ejercido sobre mí. Por alguna extraña coincidencia del destino en un momento de mi infancia, cuando iba a cumplir los diez años, pasé de ser un pensador solitario a encontrar un ambiente intelectualmente adecuado y excitante gracias al influjo de nuevos amigos que aparecieron en un momento mágico. De pronto media clase de un colegio cualquiera se puso a jugar a los neurasténicos en el recreo (es decir, nos poníamos a imitar el comportamiento de distintas enfermedades mentales), en vez de al escondite o al pilla pilla. Descubrimos en un sólo año los juegos de carta, los de rol, y a Madonna y también a Mecano. Veíamos Thundercats en el canal de Gibraltar, que por aquella época se podía pillar en buena parte de la Costa del Sol. Incluso tenía un compañero de clase que sabía que eran los quarks, y los piones. Un año despues ya había jugado decenas de partidas de Dungeons & Dragons, y me sabía de memoria las letras de las canciones de Madonna y Mecano (hasta aquel momento). Una muestra de las influencias que la juventud debe tener para un desarrollo intelectual sano y equilibrado.

Y no olvidemos que también escribe cuentos infantiles, pero de los buenos, no como los de Ana Botella, conocida artista de seguna fila.

P.D.Sí, no hay forma de negarlo, este artículo ha sido escrito bajo la influencia de "Hung Up"

P.P.D. Pero lo mejor de todo es que lo he escrito en serio. Esto os hará pensar un poco. ¶