Papelera celebra la Navidad. Ya sabéis, está simpática época del año en la que celebramos
el nacimiento de... la aparición del sistema consumista que nos ha hecho felices a la mayoría de los hombres del mundo libre.
Sin embargo estas Navidades la cosa ha cambiado. Dios, es decir,
Dieter Bohlen, ha muerto.
Dieter Bohlen, al que vemos en la imagen de arriba, el mayor subproducto de la subcultura alemana ha muerto para nosotros. Hemos encontrado a El Hombre, al aunténtico subproducto subfinal de la subcultura alemana:
Gunther Alguien que nos ha hecho recuperar nuestra fe en la humanidad y, por qué no, también en la navidad. Para muestra este simpático video navideño:
ACHTUNG:
el visionado de este video puede dañar para siempre las capacidades de tu neocórtex suprarrenal.
COMENTARIO:
se me pone la carne de gallina cuando le oigo decir a Gunther "Santa is coming". Es un momento de gran emotividad.
ACHTUNG:
seguir leyendo esta historia puede socavar definitivamente tu fe en la raza humana, y el neocórtex suprarrenal ya no lo recuperas ni con el Big Brain Academy.
Esto además nos ha demostrado una cosa muy importante: siempre que uno piensa que la cultura alemana ha tocado fondo, llega un nuevo genio universal y nos sorprende con cosas como esta. Si pensábais que con Hegel habían caido bajo, tan sólo hubo que esperar un poco a Heidegger y todo fue a peor. Y entonces, cuando pensábamos que con Heidegger se había tocado fondo, va y aparece Dieter Bohlen. Y bueno, ahora Gunther, la revelación final.
Para haceros una idea aún más patente de la genialidad de Gunther, nada como Tutti Frutti Summer Love, una pequeña obra maestra del cutrerío homoerótico que no puede dejaros indiferentes. Atención a la profunda frase "bananas y melonas" que se os aparecerá una y otra vez en vuestras futuras pesadillas a partir de ahora. No tiene desperdicio.
ACHTUNG:
bueno, a estas alturas no creo que os quede neocórtex suprarrenal, pero, como diría Punset, hacédlo por la sorprendente conectividad de las neuronas del ¿hígado? cerebro.
Bueno, y todavía queda una más, una tal Ding Dong Song, pero está clasificada para adultos por que las sunshine girls se dan algunos besos entre ellas. Nada, hacéros una cuenta y disfrutad el último. Luego ya podéis daros un tiro.
P.D. Acabamos de descubrir que es sueco, pero bueno, no nos apetece cambiar toda la historia ni nuestra sorprendente tesis sobre la evolución cultural alemana por este pequeño e insignificante detalle.
¶