Bueno, pues sigamos con el relato del viaje. Pero antes es necesario aclarar parte del título de la historia. ¿A qué viene eso de "viva Schengen"? La cosa es sencilla. Se me había olvidado el pasaporte en Granada cuando me fui a descansar a casa de mis padres en Marbella. Menos mal que iba a Italia y me bastaba con el DNI. Me ahorré un día perdido gracias a Schengen, el mejor invento europeo junto con el euro. Así que qué cojones, ¡viva Schengen!
En resumen, había llegado a Trento, cenado y dormido y...
Lunes, 20 de Junio
...y me desperté, despues de llenar toda la almohada de sudor gracias al bochorno reinante. Nunca vi una almohada tan mojada, pero bueno. Tras una ducha, me dirigí al desayuno en donde me encontré con mi oscuro maestro de maldad, que me relató su viaje. También había otros representantes de la curia de la gran iglesia de la física en el desayuno, y nos fuimos a buscar e autobús adecuado para ir al ECT. Tras esperar mucho en una de las paradas, llegó otro físico más, diciendonos que no cogieramos allá el autobús, que iban a la dirección contraria. Nos cambiamos de parada. No llegó ningún otro autobús. Fuimos a coger un taxi. El taxista no podía dejar de hablar, y empezó a quejarse de que su hijo tenía un título en ingeniería y no pudo encontrar trabajo en eso, y que era culpa de los inmigrantes y yo qué sé más, junto con increpaciones del tipo "porca miseria!" y demás, cosa que aparte de algunas carcajadas también despertó en mi cierta inquietud. También, no sin cierto sarcasmo, pensé que la mayoría de mis compañeros de física no podrán ejercer nunca la física profesionalmente, y eso no es el fin del mundo. También se podría pensar más brevemente "bienvenido al mundo real, capullo". Parece que algunos creen que tener cierto tipo de estudios te obligan a trabajar de cierta manera. No deben haber oido eso de que hay que buscarse la vida, y no tener esos miramientos. En serio, este tipo de incompetencia debido a la titulitis es de las que más malo que pone. Las castas creadas por los comodos estudiantes de ciertas carreras que creen que por haberla estudiado tienen que tener el derecho a trabajar en el ambito de sus estudios con las condiciones deseadas. Qué idiotas. Parece que hay gente que se niega a aceptar que siempre hay que estar moviendose, y que hay que saber improvisar, y aceptar lo que venga en la vida. Gente sin capacidad de adaptación, que alimentan cierto tipo de pensamientos clasistas, de castas, de una especie de derecho no derivado de nacimiento, sino de estudio, que te debe asegurar alguna cosa, pero que al final es el mismo tipo de mierda que se esconden tras ideas como la aristocracia, las clases sociales, o el simple y sencillo "ser guay". Inutiles.
Tras esto, ya en el ECT, comenzaron las charlas. Las primeras de la mañana suelen ser introductorias, de bienvenida, etc. En la primera apareció al fin la parábola de las cucarachas y los dinosaurios. Os la explicaré. Se supone que los dinosaurios son la gente que se dedica al estudio de la física nuclear desde un punto de vista más tradicional, como, por ejemplo, considerando intercambios mesónicos, o cualquier otra cosa, mientras que las cucarachas son la gente que hace teoría de campos efectivas, un planteamiento minimalista al problema de la interacción nucleón-nucleón, basado en ideas sencillas y bonitas, y se supone que con cierto punto de conexión con QCD. Hasta aquí bien, no pasa nada. Una pintoresca distinción como otra cualquiera. Por ejemplo, yo sería una cucaracha.
Luego llega la segunda charla. Nuevos chistes sobre dinosaurios y cucarachas. Empiezo a aburrirme. Tercera y cuarta charla. Más chistes de dinosaurios y cucarachas. Incluso ya acuñan el término dinoracha. Empiezo a pensar que el suicidio es una salida digna a esto. Los demás días me ofrecerían todavía más veces el tema de los dinosaurios y las cucarachas hasta límites que no estoy seguro si la mente humana es capaz de soportar. Soy una cucaracha y me gusta Kafka.
Mientras comienza la aventura de la física, al más puro estilo del bazar, como diría el "moderado" de Eric S. Raymond. En medio de la comida discutimos unos cálculos, garabateamos fórmulas en las servilletas y saco y enciendo mi portátil para mostrar algunos de nuestros últimos cálculos y algunas ideas hechas cálculos. Es muy emocionante. Las ideas empiezan a vibrar y multiplicarse en nuestras mentes, y ves que 1+1 es mucho mayor que 2. Para esto sirven nuestros concilios impíos. La contrapartida es el tiempo. Son dos semanas, y para que la discusión no quede sólo en papel de borrajas hay que trabajar y tener listos los cálculos de esas ideas. Eso significa mucho, mucho trabajo. Y no me equivoqué.
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