Esta es Deinococcus Radiodurans, nuestra simpática mascota. En caso de una guerra termonuclear total ella sería la única superviviente, y sería su triste cometido repoblar el planeta.
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I want to believe
Logo oficial de la plataforma "I want to believe", cuyo objetivo es ayudar a los becarios y estudiantes de doctorando dándoles apoyo moral de todo tipo. Sí, amigos, hay luz al final del tunel, y no siempre se trata del tren que viene a arrollarnos.
Acertijo Papelera
Él empezó negociando con los Pawnee, y su amigo tuvo una vez una flecha tres años clavada en la espalda, hasta que se la quitaron sin anestesia. Sin embargo, hacia 1843, juntos, y sin ellos saberlo, faltaría más, hicieron algo que ayudó a configurar el actual mapa de su joven país. ¿Qué fue lo que hicieron, y a qué favoreció? Pincha aquí.
Hace unos días tuve un invitado en casa y estuvo usando mi ordenador. Como uso Linux y no me esmero demasiado en tener una configuración amable para el usuario, ocurrió que mi amigo tenía que montar el pincho usb y no se podía sin ser superusuario. Entonces decidí dictarle mi contraseña. Ya sé que a cualquier linuxero de pro esto de darle tu contraseña a un amigo suena muy gay, como si uno fuese a intercambiar fluidos o algo así, pero soy una persona de ideas abiertas y no me importaba compartir con él algo tan íntimo. ¿Y sabéis qué? A duras penas fui capaz de dictarle mi contraseña de root. Me costó horrores concentrarme para sacarla.
La razón de este despiste no es que uno sufra de Alzheimer, sino que la maldita contraseña estaba en mis dedos. Ahí es dónde memorizaba mi contraseña, en el movimiento de dedos necesarios para teclearla. Era una memoria digital de la contraseña, no una memoria verbal. Si a alguno le molesta la muy correcta denominación de memoria digital, que diga memoria manual. Y lo peor es la cantidad de números que me sé por este sistema. Por ejemplo, el pin de mi móvil sólo me lo sé cuando me ponen el móvil delante. Si entonces lo apunto podré avergiguar mi pin, pero en estos momentos soy incapaz de recordarlo. Lo mismo me ocurrió una vez con la clave de mi tarjeta de crédito. Siempre tecleaba mi clave sin pensarla, los dedos se movían solos, y el día que cuando fui al cajero hice un esfuerzo consciente por recordar el número fue cuando lo olvidé y tuve que terminar dando de baja mi tarjeta porque se la tragó el cajero.
¿Os ocurre a vosotros lo mismo? ¿Vuestra memoria digital suplanta a otros tipos de memoria? ¿Alguien en la vasta blogosfera conoce la base científica de este hecho?
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El aprendizaje de los movimientos (memoria procedural) es mucho más duradero que el aprendizaje de series de números (memoria declarativa)... nadie olvida fácilmente cómo se usa un tenedor, o qué hay que hacer para atarse zapatos. En cambio una serie numérica se olvida con una facilidad pasmosa...
A nivel cerebral podría decirse que el "motor learning" depende de estructuras mucho más antiguas que las del aprendizaje verbal/numérico, como el cerebelo y los ganglios basales... Es simplemente un tipo de memoria más robusto (y más difícil de verbalizar). Esto puede verse en estudios de lesiones en las que hay personas que consiguen recuperar habilidades motoras pero no recuerdos episódicos, y viceversa...
No eres el único, a mi también me pasa con las contraseñas y con los números de teléfono y supongo que a mucha más gente también. Si no me pones delante el teclado, no sé decirte cuales son. Lo bueno que tiene es que puedes estar hablando o pensando en cualquier otra cosa mientras los marcas porque es algo que te sale solo, casi de manera automática y no necesitas apenas mirar el teclado. Y pasa casi lo mismo al escribir con el teclado del ordenador, si me preguntan el orden de las letras tengo que pensarlo mucho para saber donde está cada una, en cambio, si me pongo a escribir parece que los dedos van solos a la tecla correcta, sin pensarlo.
La psicología de la memoria es fascinante, aunque plagada aún de bastantes controversias... con todo, también hay teorias que funcionan, evidencias, etcétera, etcétera... Para aclarar un poco mi comentario anterior, un esquemita:
Pues estamos en las mismas, fernand0. Los guardianes de mis contraseñas son mis dedos. Creo que hay hasta algún número de teléfono que sólo mis dedos saben.
Oye, interesante esto de las distintas memorias, Algernon. Bueno, al menos se le puede sacar un buen pizco de utilidad a esas zonas primitivas de nuestro cerebro heredadas de los reptiles y más allá... (bueno, me he pasado con el lenguaje poético).
Por cierto, ¿existe alguna buena página en la red en la que hablen de las diferentes memorias? ¿algunos apuntes en línea, algo que además sea fiable?
Pásate por la biblioteca de la facu de psicología de la UGR y pilla este handbook clásico sobre el tema.
Es de Alan Baddeley, un investigador muy importante del ramo. Ha escrito además un librito bastante cachondo de divulgación llamado "Your Memory: A Users' Guide" :-D
te comprendo perfectamente Becario Efectivo, pero un día decidí que era demasiado peligroso que mis dedos supieran tantas cosas importantes, así que ahora cada vez que tecleo el pin del móvil o la contraseña de la tarjeta, enuncio mentalmente dicha serie y luego, solamente luego, ordeno su ejecución a mis ya desmemoriados dedos.
No obstante, hay veces en que los dedos sí tienen que saber cosas, y es la solución más práctica, como la posición de estas frágiles teclas que pulso mientras escribo (memoria que me jode cuando tengo que pasarme al teclado alemán y la "y" y la "z", por ejemplo, están intercambiadas), o cuando se toca una pieza al piano, no se puede ir pensando las notas una por una.
Herr Spock, no seas injusto con nosotros los humanos. Sabes de sobra que para tu evolucionado cerebro vulcaniano la memoria declarativa es como para los seres humanos la memoria procedural. Y por otra parte, ¿si no confías en tus dedos en quién vas a confiar?
En los estudios de usabilidad ha aparecido este hecho a menudo. Una de las recomendaciones es limitar el número de elementos de un menú a los que pueden ser percibidos de un vistazo, de forma que se automatice llegar a una opción.
Otra aplicación derivada de este hecho es la llamada "navegación espacial". Lo de "espacial" consiste en colocar una carpeta en determinado sitio cada vez que se abra.
Yo me sabía así casi todas las piezas de piano de los 6 años que cursé. De hecho, en los conciertos/audiciones solía ponerme a pensar y ni siquiera escuchaba lo que tocaba (no tenía realimentación). En uno de ellos, algo rompió mi concentración (ayer mismo lo vi en vídeo, creo que fue una tos), mis dedos dejaron de tocar y tuve que recurrir durante unos segundos a lo que había ido grabando mi memoria auditiva sin mi participación consciente para tratar de discernir por dónde iba mi interpretación de la pieza.